En los anales del tiempo, donde el pasado y el porvenir se entrelazan,
Reside la verdad que en el presente se encierra.
No importa el día en que hoy nos encontremos,
Ni el giro que el reloj en su danza de agujas plante.
Pues el valor reside en la decisión que tomemos,
En el instante que ahora mismo palpita en nuestras manos.
No hay fecha que detenga el fluir de la vida,
Ni calendario que limite nuestra alma atrevida.
Con espada en mano y corazón erguido,
Navegamos los mares del tiempo, intrépidos y decididos.
Cada amanecer es un lienzo en blanco,
Donde pintamos con brío nuestro destino y nuestro encanto.
El pasado yace como un libro abierto,
Una lección aprendida, un tesoro descubierto.
El futuro, un horizonte que se abre ante nuestros ojos,
Un camino que construimos con sueños y despojos.
¡Oh, valientes navegantes de la existencia!
Desafiemos el tiempo con nuestra resistencia.
Forjemos un presente lleno de empeño y razón,
Y tracemos un futuro digno de admiración.
Que el eco de nuestras acciones resuene en la eternidad,
Y que nuestras decisiones sean faro en la oscuridad.
Pues no importa cuál sea la fecha de hoy,
Lo que realmente importa es cómo decidimos vivir, con fervor y arrojo.
