En el cantar de gesta de la vida,
donde los días se entrelazan como hilos,
resplandecen recuerdos, joyas queridas,
piedras preciosas en nuestro destino.
Caminamos por sendas del ayer,
donde el sol besa la piel del recuerdo,
cada experiencia, un suspiro de aprender,
como gemas que pulen el alma en su vuelo.
En el firmamento de nuestra existencia,
brillan estrellas de momentos vividos,
cada risa, cada lágrima, una presencia,
en el corazón, tesoros compartidos.
Las piedras preciosas en el sendero,
testigos silentes de cada paso dado,
reflejan la luz del ser verdadero,
de un crecimiento en cada desafío abrazado.
Oh, recuerdos, como joyas cinceladas,
en la cancion épica de nuestra andanza,
pulidas por el tiempo, pero eternamente amadas,
testimonios de una vida llena de esperanza.
Cantemos, pues, el cantar de gesta,
donde cada experiencia es un verso,
y las piedras preciosas en nuestra testa,
son las huellas de un amor inmerso.
En el vaivén de la vida, con gracia danzamos,
abrazando el pasado con gratitud sincera,
piedras preciosas que en el alma llevamos,
luces que guían, mientras la historia se despliega.