En el rincón sereno del alma reposan,
los recuerdos, hilos del tiempo tejidos,
no dueños del destino, ni rendidos,
son solo las herramientas que afrontan.
El pasado, lienzo que en la memoria,
pinta paisajes de risas y penas,
mas en tu ser, el destino apenas,
se esculpe con la luz de nueva historia.
Bajo el cielo que en sueños se despliega,
labra con la esperanza como guía,
el monumento que en la vida ansía,
cada paso, huella que el alma siega.
No son grilletes, son alas tendidas,
los recuerdos, la arcilla del ayer,
con las manos del alma, el ser rever,
y en la forja del ahora, las heridas.
Mantén la mirada en horizonte abierto,
como el río que fluye en su cauce,
que tus sueños, faroles del sol nacen,
y en su luz, el destino es descubierto.
Bucólica danza del alma en prado,
donde los sueños son flores danzantes,
tejiendo con esperanza instantes,
el monumento en el tiempo guardado.
En cada amanecer, una promesa,
que el destino es tuyo, esculpe y canta,
no definen recuerdos la planta,
sino el amor que en el alma pesa.
Así, en la danza de la vida eterna,
teje con hilos de risas y llanto,
el monumento que al viento levanto,
destino tuyo, esencia sempiterna.