La tristeza puede ser el preludio de una transformación poderosa. Aprende de cada lágrima y conviértete en la versión más fuerte y sabia de ti mismo.

Desaliento horizonte gris
Desgarrador retrato perdido

 

En la penumbra de la tristeza danzan sombras,
un preludio silente de un cambio en las entrañas.
Lágrimas como perlas caen al abismo,
pero en su eco resuena la promesa de mañanas.

Oh, tristeza, mensajera de la metamorfosis,
te tejes en mis días como hilo de desvelos.
En cada lágrima se oculta un secreto,
un rito ancestral, la antesala de nuevos anhelos.

Bajo el manto gris de la melancolía,
germinan semillas de fortaleza escondida.
El alma se sumerge en aguas profundas,
donde el dolor se entrelaza con la vida.

No temas a la tormenta que emana del pecho,
pues en su fragor se gesta la revolución.
Aprende de la tristeza, maestra sabia,
cosechando lecciones en el suelo del corazón.

Cada lágrima, un pétalo en el jardín del alma,
cada suspiro, un viento que moldea el ser.
En la penumbra nace la luz de la esperanza,
y el llanto es el preludio de un renacer.

Así, en el eco de las lágrimas caídas,
teje el destino su manto de cambio.
La tristeza, cual crisálida en su capullo,
da paso a la mariposa, danza del nuevo rango.

En las profundidades de la oscuridad,
se forja la armadura de un yo más fuerte.
Sabiduría en las grietas del sufrimiento,
yace la esencia de una vida que se ofrece.

Así, abrazo las lágrimas como aliadas,
testigos silenciosos de la danza interna.
En la tristeza encuentro mi savia,
pues tras el llanto emerge la luz eterna.

 

Desesperanza pasillo vacío
Desánimo noche eterna

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