En el cielo de tu vida, una nube sombría, la tristeza se cierne, pero no es eterna agonía. Es solo un velo oscuro que empaña la claridad, pronto dará paso a la luz, la felicidad.
Coro de esperanza, alza tu voz, la tristeza es fugaz, no es tu final veloz. En el corazón, el sol siempre reside, su luz persiste, aunque la nube decida.
Llanto efímero, como gotas de rocío, en el alma, la fortaleza es su alivio. La tormenta abrazará su último suspiro, y el sol resplandecerá, en su esplendor miro.
En la danza del tiempo, la nube se desvanece, deja un rastro de aprendizaje que enriquece. La oscuridad no puede ahogar la luz interior, la fuerza del amor, del ser, del resplandor.
Coro de coraje, rompe la melancolía, la tristeza es efímera, como la marea en retirada. Bajo el cielo de tus sueños, renace la aurora, la luz del sol que siempre atesora.
En el teatro de la vida, cambian las escenas, la tristeza es solo una sombra, no la cadena. Eleva tu mirada, al horizonte de ilusión, la luz del sol persiste, en tu propia canción.
Coro de vida, canta con esperanza, la tristeza es pasajera, no una lanza. Descubre en tu interior, la fuerza que palpita, el sol eterno, en el alma que grita.