En la danza de la vida, entre risas y abrazos,
se teje el lazo eterno de amigos abrazados.
Amigos que saludan con el sol en sus ojos,
sus corazones vibran al compás de viejos relatos.
Saludo sincero, como melodía en el viento,
entre risas compartidas y secretos al viento.
En el abrazo apretado, la magia se despierta,
cuidando cada paso, en la senda que se acierta.
Compañeros de vida, en esta gran travesía,
en la alborada del día, en la noche fría.
Con el sol radiante o la luna en su esplendor,
la amistad florece, eterna como una flor.
Amigos que saludan con miradas cómplices,
guardianes del alma, con la risa como cúmplice.
Caminan juntos, por senderos sin final,
enlazando destinos, como un pacto celestial.
En el eco del saludo, se forja la fortaleza,
un lazo que persiste, en cada nueva pieza.
La magia de un gesto, un hálito sincero,
teje la red que sostiene, este eterno sendero.
Bajo el cielo estrellado, o el sol que despide,
la amistad resplandece, nunca se esconde.
Amigos que cuidan, en la calma y la tormenta,
la esencia pura de un amor que alimenta.
Que resuene este himno, como tributo a la amistad,
donde salud y cuidado, danzan en unidad.
En el corazón del amigo, un refugio verdadero,
donde la magia del saludo, es eterno y sincero.