En el perd贸n reside el poder de transformar el dolor en lecciones, la amargura en compasi贸n y el resentimiento en amor

 

En el perdón, sublime tesoro hallado,
reside el poder de transformar el dolor,
como el sol que al alba despierta el ardor,
disipando sombras con su brillo dorado.

En el corazón humano, firmemente arraigado,
el resentimiento y la amargura aborrecen el honor,
mas el perdón, cual río manso, lleva su rumor,
purificando al alma, dejando el pasado olvidado.

Oh, virtud divina que al universo domina,
tú que conviertes la aflicción en enseñanza,
transformando cada herida en una esperanza.

Quebrantas las cadenas del rencor y la ira,
y en su lugar siembras la semilla de la paz,
donde antes solo había un abismo de desdén y desazón.

Perdón, dulce canción que en el alma resuena,
borrando las cicatrices, curando la pena,
convirtiendo la adversidad en una lección,
y la oscuridad en luminosa comprensión.

¡Oh perdón, poderoso puente hacia la redención!
En tus aguas cristalinas encontramos la razón,
para abrazar con amor al que nos hirió,
y encontrar en la compasión la más alta bendición.

Así, en el perdón hallamos la verdadera esencia,
que eleva al ser humano sobre su propia existencia,
y en su luz radiante, descubrimos con fervor,
que en el perdón reside el más grande poder transformador.

 

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