En el abrazo del perdón, se alza la aurora, liberando las almas de su carga pesada, un renuevo florece, una melodía ora, y en el pecho renace la luz deseada.
Bajo el cielo estrellado, la reconciliación canta, susurra entre las hojas del árbol del perdón, el corazón, ligero, la paz se adelanta, en la danza del perdón, hallamos redención.
¡Oh, cómo fluye el río del perdón divino!, lava las heridas, suaviza la amargura, renueva el alma con su brillo cristalino, abriendo camino hacia la paz más pura.
El perdón nos transforma, nos hace nuevos, en cada gesto sincero, en cada mirada, con alas de compasión, volamos hacia cielos, donde el amor y la gracia son nuestra morada.
Así en coro cantemos, la canción del perdón, que en su eco eterno hallamos la verdad, liberando el alma, renovando el corazón, avanzamos con ligereza y en paz, en unidad.