El humor es el aceite que suaviza los engranajes de la vida


En los vastos campos de la existencia, donde los destinos se entrelazan,
Resplandece el humor, luz que alivia y desata ataduras,
Cual aceite fino que en los engranajes se desliza,
Su suavidad engalana los caminos, en la ruta del vivir, precisa.

En las epopeyas de la vida, donde el heroísmo se alza en batallas,
El humor es el fiel compañero que en la penumbra titila,
Con su chispa valiente, desafia las sombras,
Y en las adversidades, risueño, se arremolina.

Desde los tiempos antiguos hasta el presente,
El humor ha sido la fuerza que al alma reviste,
En los palacios de reyes y en las chozas humildes,
Su carcajada resuena, ¡nunca triste!

Cual Odiseo surcando mares tormentosos,
El humor navega en las aguas turbulentas,
Con su ingenio y astucia, sortea los escollos,
Y en las tormentas, es faro que orienta.

En los corazones cansados y en las almas abatidas,
El humor es bálsamo que cura las heridas,
Con su gracia y su picardía, renueva la esperanza,
Y en los desiertos, oasis de risas avanza.

¡Oh, humor divino, alivio de las cargas pesadas!
En tu presencia, los males pierden su fuerza,
Eres el lazo que une a la humanidad dispersa,
Y en el teatro del mundo, protagonista que ensancha.

Así, en esta epopeya que es la vida,
El humor resplandece como estrella guía,
Suavizando los engranajes con su gracia infinita,
¡Larga vida al humor, fuente de alegría!

 

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