En el lienzo del día, brota la risa,
un sol radiante que al alma acaricia,
el humor, un imán, con su gracia precisa,
atractivo secreto que la dicha inicia.
Entre los vaivenes de la vida en su danza,
el humor se erige, con sutil elegancia,
cual imán poderoso, sin sombra ni mudanza,
que atrae la alegría con su luz y fragancia.
¡Sonríe y verás! clama el viento juguetón,
en la sinfonía de la risa, su canción,
pues en cada carcajada, en cada gesto en solaz,
la felicidad se encuentra, en un dulce compás.
Como río que fluye en la vasta pradera,
el humor nos conduce con su fresca manera,
y en la armonía de una sonrisa sincera,
el corazón halla su morada verdadera.
Entonces, en este viaje, donde el humor nos guía,
se ilumina el sendero con fulgor de alegría,
pues donde reina el humor, la tristeza se desvía,
y la felicidad se convierte en compañía.
Así, en la danza del tiempo, con su ritmo sin par,
abracemos el humor, dejemos volar,
pues como un imán eterno, nos invita a crear,
la melodía infinita de un gozo sin cesar.